Un estudio en el permafrost de Alaska ha revelado que, si bien la vida microbiana puede despertar tras milenios congelada, la comunidad orgánica que emerge es irreconocible. Si un día logramos la hibernación humana, ¿quién despertará al otro lado?
Un estudio realizado en un túnel de investigación en Alaska, que se extiende por 107 metros bajo el suelo, ha medido por primera vez la velocidad a la que microbios que han estado congelados durante más de 40.000 años "reviven", ofreciendo una nueva perspectiva sobre la transformación provocada por la congelación.
La principal revelación de esta investigación es que el despertar de los microbios del permafrost profundo y antiguo es un proceso extraordinariamente lento. Lejos de una reactivación explosiva, los científicos lo describen como u

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