La idea de que una sola persona pueda dirigir las operaciones de todo un ejército de máquinas voladoras ha dejado de ser ciencia ficción para convertirse en una realidad inminente. La tecnología para coordinar en el campo de batalla o en misiones de emergencia a un enjambre de drones autónomos está a punto de dar un salto de gigante, multiplicando la capacidad de respuesta y la eficiencia de una forma que hasta ahora solo se veía en las películas. De hecho, el concepto de impulsados por inteligencia artificial ya se está consolidando como la próxima evolución en la guerra moderna.

En esencia, el gran avance consiste en dotar a las aeronaves no tripuladas de la capacidad de pensar en equipo. El software que se está desarrollando permite que los drones no solo rastreen objetivos de forma

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