El domingo, en las calles tranquilas de Sugar Land , algo cambió. No fue solo la velocidad excesiva lo que atrajo la atención de la policía —aunque eso sí lo fue—, sino el hecho de que, bajo el asiento del camioneta, encontraron un arma sin licencia. Una pistola. No para cazar. No para proteger. Solo ahí, junto a botellas vacías y un celular con mensajes sin responder.
Este no es su primer error bajo el efecto del alcohol. Ni siquiera su segundo. En abril, en Minneapolis, ya lo habían detenido tras una fiesta del draft de los Vikings, donde su presencia —más allá del fútbol— se volvió tema de conversación en las redes. Entonces, también por exceso de velocidad. Ahora, en Texas, su tierra, donde creció corriendo entre campos de maíz y gritos de la tribuna escolar, la misma tierra que lo

El Diario de Sonora

El Diario de Juárez
El Horizonte
El Grafico
Noticias de México
Gizmodo