En los últimos meses se han publicado todo tipo de artículos y notas periodísticas acerca del impacto de la Inteligencia Artificial en la educación .

La mayoría, negativos, apuntan a los efectos cognitivos que se producen al delegar el pensamiento y el aprendizaje en la máquina, o al posible reemplazo de los maestros y la deshumanización de la enseñanza.

Con matices, todo esto es atendible. Siempre conviene estar atentos a estos (y otros) posibles efectos. Pero como sucede en todos los sectores donde la IA ingresa, el impacto en la educación no tiene por qué ser negativo. De hecho, la IA puede ayudar. Y mucho.

Hay ejemplos, como la IA de fluidez lectora creada en los laboratorios de Ciencias Exactas de la UBA .

Juan Kamienkowski, de la UBA, explica cómo funciona la IA de fluidez l

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