“No hay vida sin vínculo, no hay vida sin nexo: nos marchitamos”, dice Joan Garriga, psicólogo, creador del Instituto Gestalt de Barcelona y gran referente en constelaciones familiares. Antes de su visita a Buenos Aires para dictar un taller intensivo de cuatro días sobre el árbol genealógico y las raíces, conversó con Clarín sobre por qué los vínculos son parte esencial de nuestra vida.
Discípulo directo de Bert Hellinger y autor de Constelar la vida (Destino), asegura que el lazo humano no es una opción, sino el fundamento de la existencia: “Schopenhauer decía que el peor castigo imaginable para un ser humano sería ser invisibles y eternos . Imagínate, ¡nos entra una desesperación! Es peor que el infierno: es el auténtico infierno”.
En una sociedad marcada por el indivi

Clarín

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