El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha decidido suspender de manera "inmediata" todos los acuerdos de gas con Trinidad y Tobago. Esta medida se produce tras calificar como una "amenaza" las acciones y declaraciones del Gobierno de la primera ministra Kamla Persad-Bissessar. Maduro acusó a Persad-Bissessar de convertir a Trinidad y Tobago en un "portaaviones del imperio estadounidense contra Venezuela y Sudamérica".

Durante una transmisión en el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), Maduro afirmó: "Ante la amenaza de la primera ministra de convertir a Trinidad y Tobago en el portaaviones del imperio estadounidense contra Venezuela, contra Sudamérica, queda una sola alternativa (…) he aprobado la medida cautelar de suspensión inmediata de todos los efectos del acuerdo energético".

La tensión se intensificó con la llegada del destructor estadounidense USS Gravely a Puerto España, donde realizará ejercicios militares. Maduro también acusó a la primera ministra de ser una "propulsora de la guerra". Además, el presidente venezolano afirmó que sus fuerzas de seguridad habían capturado a un grupo de supuestos mercenarios, que, según él, estaban "preparados y financiados por la CIA". Este grupo, según Maduro, estaba involucrado en un plan de "autoataque" contra naves militares estadounidenses en la región.

CNN ha intentado contactar a la Oficina de la Primera Ministra de Trinidad y Tobago para obtener comentarios sobre la suspensión de los acuerdos, pero aún espera respuesta. Por su parte, el Gobierno de Trinidad y Tobago ha declarado que la presencia del buque estadounidense busca "reforzar la lucha contra el crimen transnacional y construir resiliencia a través de la capacitación, las actividades humanitarias y la cooperación en seguridad". También han enfatizado que valoran la relación con el pueblo venezolano.

El USS Gravely ancló en Puerto España bajo estrictas medidas de seguridad y forma parte del despliegue naval de Estados Unidos en el Caribe, cerca de la costa venezolana. La primera ministra Persad-Bissessar ya había expresado su apoyo al despliegue de tropas en aguas de su país para combatir el crimen organizado internacional, defendiendo la soberanía de Trinidad y Tobago.

En las últimas semanas, la administración del presidente Donald Trump ha incrementado su presencia militar en el Caribe, incluyendo el envío del portaaviones USS Gerald Ford. Este despliegue se enmarca en operaciones contra el narcotráfico, aunque Estados Unidos ha sido criticado por no presentar pruebas concretas sobre las embarcaciones atacadas, que han dejado al menos 43 muertos en el Caribe y el Pacífico.

La situación continúa desarrollándose, y se espera que haya más reacciones tanto de Trinidad y Tobago como del Gobierno estadounidense en los próximos días.