Entre montañas y caminos con aroma a copal, los habitantes de Chilchotla y Huautla comienzan a preparar una de sus celebraciones más esperadas: el Día de Muertos, fecha en la que la vida y la muerte se entrelazan al ritmo de tambores y sones tradicionales.

Fotogalería de Carolina Jiménez

Santa María Chilchotla, Oax.- Entre montañas y caminos que huelen a copal, los habitantes de la Sierra Mazateca comienzan a preparar una de sus celebraciones más esperadas: el Día de Muertos, una fecha en la que la vida y la muerte se entrelazan al ritmo de tambores y sones tradicionales.

En la explanada municipal de Santa María Chilchotla, el aire se llena del golpeteo de martillos y el murmullo de los artesanos que trabajan con esmero el bejuco y la madera. De sus manos nacen sombreros, máscaras y fi

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