Emme no caminaba como una adolescente que sigue a su madre por obligación. Caminaba como quien sigue a alguien que, después de todo, aún decide ser su refugio. Jennifer López no se volteó por costumbre. Lo hizo con una pausa deliberada, como si el aire entre ellas fuera lo suficientemente denso como para que una sonrisa tuviera peso. No fue una sonrisa para la foto. Fue una sonrisa para recordarle a su hija —y quizás a sí misma— que no todo se pierde cuando se rompe un matrimonio.
El vestuario era cuidado, pero no ostentoso: jeans de cintura alta, cinturón de cuero, aretes plateados que brillaban sin gritar. Nada de lo que llevaba parecía diseñado para impresionar. Todo parecía diseñado para no distraer . Como si el único objetivo fuera que Emme se sintiera cómoda, no como una especta

El Diario de Sonora

Infobae México
People en Español
La Opinión Entretenimiento
El Diario NY Entretenimiento
OKDIARIO Estados Unidos
La Vibra
The Hill