El hombre que salió de entre los arbustos, según testigos, no corría. Caminaba con calma, como si hubiera terminado una tarea cotidiana. Lo vieron subir a un auto viejo, con la ventanilla bajada, y desaparecer hacia el oeste. Horas después, en una casa de periferia, lo encontraron sentado en la sala, sin intentar huir. No negó nada. Solo dijo: “Ya lo hice” . No pidió perdón. No explicó por qué.
Salvador Najera Jr ., de 58 años, fue detenido por homicidio y porte ilegal de arma. Las autoridades confirmaron que no tenía licencia para portar un fusil, ni siquiera para tenerlo en casa. Pero lo que más conmociona no es el arma, ni el arresto. Es el vínculo. Él era hijo de una mujer que vivía en la misma comunidad. Ella, Michelle Semenjuk , era su madrastra. La mujer que le compró su prim

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