El agente federal tenía una propuesta audaz para el piloto jefe de Nicolás Maduro: todo lo que tenía que hacer era desviar subrepticiamente el avión del presidente venezolano a un lugar donde las autoridades estadounidenses pudieran atrapar al hombre fuerte.

A cambio, le dijo el agente al piloto en una reunión clandestina, el aviador se convertiría en un hombre muy rico.

La conversación fue tensa y el piloto se fue sin comprometerse, aunque le proporcionó al agente, Edwin López, su número de celular, una señal de que podría estar interesado en ayudar al gobierno de Estados Unidos.

Durante los siguientes 16 meses, incluso después de retirarse de su trabajo en el gobierno en julio, López continuó trabajando, charlando con el piloto a través de una aplicación de mensajería encriptada.

La

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