La enorme sonrisa de Ambrocio Lozano parece decirlo todo. Después de más de cien días en un centro de detención de Los Ángeles, fue liberado y un juez aprobó su petición para obtener la residencia legal permanente en Estados Unidos. La suya podría decirse que es una historia con un final feliz e inesperado.

“Nunca bajé la guardia, confié en Dios y él me trajo de regreso”, dice a CNN. Está contento y agradecido de poder volver a su rutina.

Vendedor de paletas desde hace más de 24 años, Lozano llegó a California en 1999 desde el estado de Guerrero, en México. Desde entonces vende helados a la comunidad de Culver city, donde muchos vecinos y clientes esperaron durante meses su regreso.

Hoy tiene 52 años y lleva la mitad de su vida en EE.UU. “Ya soy una partecita de este país”, dice con org

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