El Gobierno, envalentonado por el contundente triunfo electoral del domingo, acelera la reforma laboral y planea tratarla en sesiones extraordinarias con la nueva composición del Congreso y en momentos en que queda una última reunión del Consejo de Mayo, pautada para entre el 20 y el 27 de noviembre.

Por su parte, la CGT recibió como un baldazo de agua fría el inesperado éxito electoral del partido libertario y ahora afronta el desafío de tratar de resistirla o suavizarla frente a un gobierno en una postura de mayor fortaleza, con bloques de diputados y senadores más robustos de lo que se pensaba antes de las elecciones.

Hasta el momento, la central obrera venía participando de las reuniones del Consejo de Mayo a través de uno de los referentes de su "mersa chica" el titular de la UOCRA,

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