Permanecer horas sentado sin pausas activas afecta tanto al bienestar emocional como a la salud física, ya que a medida que el movimiento desaparece de la rutina, aumenta el sedentarismo, lo que está asociado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares

La chilena Paula Díaz llegó a Madrid a trabajar como agente comercial en 2020. Tenía 45 años, una maleta, y un contrato como agente comercial bajo el brazo. Su trabajo, entonces, era un verbo en movimiento entre caminar y negociar. De oficina en oficina, pasando por Madrid y Guadalajara. “Visitaba clientes todo el día”, cuenta a EL PAÍS. Eso era antes. Ahora pasa seis horas —o a veces más— sentada frente al ordenador. Mira el monitor, mantiene el cuerpo quieto , los ojos fijos, el teléfono cerca. El trabajo sigue, per

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