Un estudio analiza el poder diplomático de los banquetes de Estado y reflexiona sobre la importancia del gastronacionalismo

Banderas, himnos, monumentos… Normalmente, los símbolos nacionales tienden a encarnarse en la hipérbole, en un objeto grandioso y épico. Sin embargo, en muchos casos, caben en algo tan cotidiano y pequeño como un plato. La comida puede ser un espejo de identidad y una herramienta diplomática. Es lo que defiende el gastronacionalismo, el uso de la comida como símbolo o herramienta para construir o reforzar la identidad nacional. En un contexto polarizado, en el que distintos partidos parecen haberse apropiado de los símbolos nacionales tradicionales, la paella, la tortilla (con y sin cebolla) y las croquetas pueden ser los únicos elementos patrios capaces de poner d

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