La neurociencia revela que programar no es una destreza mágica ni reservada a especialistas: es la expresión moderna de una habilidad innata. Programamos el mundo desde niños, y la lógica computacional es solo una nueva versión de nuestra antigua manera de pensar.

Un estudio de la Universidad Johns Hopkins, publicado en el Journal of Neuroscience, ha descubierto que todos estamos equipados con los cimientos necesarios para aprender a programar, independientemente de nuestros antecedentes o edad.

La investigación parte de una hipótesis llamada "reciclaje cultural neuronal". Según este modelo, cuando una persona aprende una habilidad nueva—como leer, hacer matemáticas o programar—no desarrolla áreas cerebrales desde cero, sino que reutiliza circuitos preexistentes, sobre todo aquellos de

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