La reciente victoria electoral de Javier Milei ha traído un respiro al equipo económico del nuevo gobierno, tras semanas de inestabilidad en los mercados financieros. Este apoyo se ha visto reforzado por la intervención del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y del secretario del Tesoro, Scott Bessent, quienes realizaron compras de pesos para estabilizar la situación antes de las elecciones. El gobierno argentino espera que, tras el proceso electoral y la disminución del denominado "riesgo kuka", la demanda de dinero se normalice en las próximas semanas. Esto se debe a que las empresas comenzarán a incrementar sus necesidades de capital hacia finales de año, mientras que se anticipa una mayor oferta de divisas gracias a una cosecha fina que podría alcanzar niveles récord. A pesar de las preocupaciones expresadas por bancos internacionales y analistas, el oficialismo sostiene que el esquema cambiario se mantendrá sin cambios. Observadores externos han señalado que esta es una de las principales debilidades del programa económico del ministro Luis Caputo, que se basa en el ajuste fiscal, la desregulación y la apreciación del peso. Fuentes cercanas a las decisiones económicas han compartido proyecciones sobre el comportamiento del dólar. Se espera que la cotización no se mantenga por mucho tiempo en el límite superior de la banda de flotación, que actualmente es de $1.494,53, pero tampoco se prevé que baje al límite inferior de $936,13. El tipo de cambio mayorista podría oscilar entre $1.250 y $1.494,53, lo que permitiría al Tesoro retomar compras de divisas para enfrentar vencimientos que superan los USD 1.500 millones en los próximos meses. Consolidar la confianza en el esquema de bandas cambiarias implica que el Banco Central compre en el límite inferior y venda cuando el tipo de cambio se acerque al límite superior. Sin embargo, los analistas se preguntan sobre la capacidad de Caputo para equilibrar una posible flexibilización del endurecimiento monetario, que ha llevado las tasas de interés a niveles que han frenado el crédito en un contexto de incertidumbre política. El gobierno también cuenta con el respaldo continuo de Estados Unidos, que incluye "todas las herramientas disponibles" en el marco de una estrategia geopolítica que abarca la región. Se busca sumar otros USD 20.000 millones al swap de USD 20.000 millones ya existente, destinados a la recompra de deuda y a proporcionar garantías para facilitar el acceso a financiamiento. En cuanto a la compra de divisas, el Tesoro argentino tenía USD 20 millones en su cuenta del Banco Central al 23 de octubre. No se ha especificado si se han cancelado los USD 330 millones con organismos internacionales que vencían en octubre. Para noviembre, se prevén compromisos por más de USD 1.200 millones, incluyendo USD 790 millones con el FMI. El Banco Central también tiene pagos por aproximadamente USD 1.100 millones en el horizonte. La principal preocupación de los bancos de Wall Street y del FMI es la limitada capacidad del Banco Central para acumular reservas, lo que limita la posibilidad de reducir el riesgo país. El acuerdo con el FMI de abril generó ingresos por USD 14.000 millones, aunque la meta con el organismo ha quedado desactualizada. Se espera que el país deba comprar entre USD 7.000 y USD 8.500 millones antes de fin de año, con vencimientos adicionales a bonistas privados por USD 4.200 millones en enero de 2024. El ministro Caputo ha destacado que, gracias al swap con Estados Unidos, la necesidad de aumentar las reservas no es tan urgente, ya que Argentina podría activar un tramo de ese acuerdo para obtener liquidez si es necesario. El riesgo país se mantiene por debajo de 700 puntos básicos tras la victoria de La Libertad Avanza, aunque los inversores consideran que debería situarse entre 350 y 400 puntos para acceder a financiamiento en condiciones razonables.
La victoria de Milei alivia la economía argentina
Noticias de Argentina4 hrs ago
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