Durante años, hemos escuchado que convivir con un perro mejora el estado de ánimo, reduce la soledad e incluso puede ayudar a disminuir la presión arterial. Pero un nuevo estudio va un paso más lejos al sugerir que el contacto continuado con perros podría influir directamente en la velocidad a la que envejece nuestro cuerpo.

Según los resultados publicados, las mujeres que participaron en un programa de adiestramiento de perros de asistencia mostraron un aumento en la longitud de sus telómeros, un marcador biológico del envejecimiento celular. En otras palabras, su organismo parecía envejecer más despacio.

El hallazgo es fruto de una investigación de la Florida Atlantic University (FAU), en colaboración con la Universidad de Maryland y la organización Warrior Canine Connection, dedicada

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