El famoso reguetonero Arcángel llegó a Cusco en la última semana de octubre, marcando una parada clave en su ambicioso proyecto de explorar las siete maravillas del mundo moderno. Acompañado de un pequeño equipo, el artista se propuso documentar su experiencia en el emblemático Machu Picchu, un sueño que finalmente pudo cumplir.
Durante su visita, Arcángel compartió en sus redes sociales imágenes que capturan su recorrido por los andenes y templos incas. En una de sus publicaciones, expresó: “Estoy viviendo un sueño. Este lugar tiene una energía que no se puede explicar”, mientras contemplaba el impresionante paisaje desde la cima de Huayna Picchu.
La llegada del músico sorprendió a los visitantes en la estación de tren, donde, aunque mantuvo una actitud reservada, accedió a tomarse fotografías con algunos admiradores. Al llegar a Machu Picchu, fue recibido por guías locales que le explicaron la importancia histórica del lugar y la necesidad de su conservación. En un video compartido, Arcángel mostró su asombro al ver el sitio arqueológico por primera vez, afirmando: “Esto es algo que uno tiene que ver para creer. Nada se compara con estar aquí”.
El artista, conocido por su estilo cercano al público, también destacó la labor de las comunidades cusqueñas en la preservación del patrimonio cultural. Agradeció la calidez de la hospitalidad peruana y reflexionó sobre el significado de su viaje: “A veces uno necesita detenerse para entender lo que realmente importa. Machu Picchu te hace pensar, te hace sentir parte de algo más grande”.
Procedente de Colombia, donde ofreció una serie de conciertos, Arcángel ha estado desarrollando un itinerario que entrelaza su carrera musical con experiencias culturales. Antes de llegar a Perú, visitó México, India y Jordania, explorando sitios emblemáticos como Chichén Itzá, el Taj Mahal y Petra. Su plan incluye paradas programadas en Italia, Brasil y China.
La visita de Arcángel a Machu Picchu generó gran expectación en redes sociales, donde miles de seguidores celebraron su conexión con la cultura inca. El cantante, cuyo nombre real es Austin Santos, ha mostrado un creciente interés por la espiritualidad y la historia, comentando: “Estoy en una etapa distinta, más consciente, más humana”.
Durante su estancia, también degustó platos típicos cusqueños y visitó mercados locales. Aunque evitó dar declaraciones formales a los medios, compartió fragmentos de su experiencia en Instagram, donde cuenta con más de 25 millones de seguidores. En sus publicaciones, destacó la energía de las montañas y el respeto que le provocó la arquitectura ancestral.
La experiencia en Machu Picchu se grabará en su memoria como una de las más significativas de su vida, mientras planea continuar su recorrido por otras maravillas del mundo, como el Coliseo Romano y el Cristo Redentor.

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