Los citricultores michoacanos denunciaron que el crimen organizado recauda al año 3 mil 600 millones de pesos por concepto de extorsión, cifra que revela el poder de los cárteles y la capacidad económica que acumulan. A lo anterior se agrega lo que “pagan” quienes cultivan berries y aguacate, además de los comerciantes y prestadores de servicios.

Ni el gobierno federal ni el local existen en amplias zonas del país; Michoacán y, en particular, Tierra Caliente, es un claro ejemplo. Entre las víctimas de extorsión también se incluye a las autoridades municipales, que son obligadas a trasvasar presupuesto a los delincuentes.

Un funcionario municipal de esos lugares, palabras más, palabras menos, me dijo: “Saben cuándo llegan las participaciones; ellos disponen qué obras se van a realizar y e

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