«Nos vi reflejados a vos y a mí en ellos, y me dieron tantas ganas de protegerlos de la crueldad. Los recién llegados, los nuevos . Aunque se lo adviertas, van a entrar igual, tienen que entrar, tienen que llegar, ni se imaginan lo que se les viene encima, pero hay que cuidarlos. El mundo de barrotes, cerraduras y trabajos horribles los va a vestir, a castigar, a acomplejar, a separar, a reprimir, cuando se vuelvan a desnudar ya no van a ser los mismos. Todavía no conocen ni las espinas del jardín, no tienen ni cicatrices ni sombra definida. Cada uno con su manzana, hermosos, despreocupados, casi no pisan el suelo», le escribe Pilar a su amigo Thiago en relación al que acaba de ver en el Prado. Hete aquí la esencia de «Los nuevos» (Destino), la última novela del argentino , quien e

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