Donald Trump y Xi Jinping se han vuelto a reunir en persona después de seis años. Lo han hecho en un pequeño edificio de la base aérea de Gimhae, en la ciudad costera surcoreana de Busan. Y la reunión, calificada como “increíble” por el presidente de EEUU, ha durado unos 100 minutos.
En ella, según ha explicado Trump en el Air Force One que le lleva de Corea del Sur a EEUU, se han producido acuerdos para reducir los aranceles del 20% que EEUU había impuesto a China con el argumento del fentanilo, hasta el 10%. En contrapartida, según el presidente de EEUU, Xi Jinping se ha comprometido a eliminar las restricciones para la exportación de tierras raras y a retomar la compra de soja estadounidense, algo que preocupaba enormemente a los granjeros en EEUU. Además, Trump dice que viajará a China en abril.
Con la reducción del arancel relacionado con el fentanilo para los productos chinos al 10%, el arancel medio sobre la mayoría de las importaciones chinas se quedaría en un 47%, ha dicho Trump, lo cual acerca el arancel medio de China al de otros socios comerciales.
“Supongo que, en una escala del cero al diez, siendo diez la mejor calificación, diría que la reunión fue de doce”, dijo Trump. “Ya saben, la relación en general es muy, muy importante. Creo que fue muy buena. Grandes, enormes cantidades de soja van a comprarse inmediatamente. El presidente Xi lo ha autorizado y lo aprecio mucho”.
Trump describió a Xi Jinping, como “un amigo”, “distinguido y respetado presidente de China”, antes de comenzar la reunión, cuando reconoció que ya se habían “acordado muchas cosas”: “El presidente Xi es un gran líder de un gran país, y creo que tendremos una relación fantástica durante mucho tiempo. Es un honor tenerlo con nosotros”.
Xi, por su parte, ha explicado que desde la reelección han hablado por “teléfono tres veces, intercambiado varias cartas y mantenido un contacto cercano. Las relaciones entre China y Estados Unidos se han mantenido estables, dadas nuestras diferentes realidades nacionales. No siempre coincidimos, y es normal que las dos principales economías del mundo tengan fricciones de vez en cuando”.
“Ante las adversidades y los desafíos, usted y yo, al frente de las relaciones entre China y Estados Unidos, debemos mantener el rumbo correcto y asegurar el avance firme de esta relación bilateral”, ha afirmado Xi: “Siempre he creído que el desarrollo de China encaja con su visión de hacer grande a Estados Unidos de nuevo. Nuestros dos países tienen la capacidad de ayudarse a tener éxito y prosperar juntos. A lo largo de los años, he declarado públicamente en numerosas ocasiones que China y Estados Unidos deben ser socios y amigos. Esto es lo que la historia nos ha enseñado y lo que la realidad exige”.
Xi ha proseguido: “Estoy dispuesto a seguir trabajando con usted para construir una base sólida para las relaciones entre China y Estados Unidos y crear un clima propicio para el desarrollo de ambos países. El mundo actual se enfrenta a muchos problemas complejos. China y Estados Unidos pueden asumir conjuntamente su responsabilidad como potencias mundiales y trabajar juntos para lograr más. Grandes logros concretos para el bien de nuestros dos países y del mundo entero”.
En la primera reunión en persona en seis años de los líderes, han estado acompañados por respectivos equipos. Xi Jinping ha acudido a la reunión en el aeródromo de Corea del Sur con su ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, y su asesor principal, Cai Qi (un miembro de alto rango del Politburó que, en la práctica, es su jefe de gabinete). Además, ha estado He Lifeng, viceprimer ministro de China; Zheng Shanjie, presidente de la principal agencia de planificación de China, y Ma Zhaoxu, viceministro de Relaciones Exteriores.
Por parte de Estados Unidos, Trump ha ido acompañado por su secretario de Estado, Marco Rubio; el secretario del Tesoro, Scott Bessent; el representante comercial, Jamieson Greer; el secretario de Comercio, Howard Lutnick; el embajador de Estados Unidos en China, David Purdue; y la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles, única mujer de las dos delegaciones.
Acuerdos en reuniones previas
En los días previos a la reunión entre Trump y Xi, la Administración Trump ha ido dando señales de que el presidente de EEUU no tenía intención de cumplir su amenaza de imponer un arancel adicional del 100% a las importaciones de productos chinos como había anunciado para el 1 de noviembre. También señalaron que China había dado indicios de estar dispuesta a flexibilizar sus controles a la exportación de tierras raras y a reanudar la compra de soja.
Trump, en el Air Force One, camino a Corea del Sur, declaró este martes que podría reducir los aranceles que impuso a China a principios de año por su papel en la producción de fentanilo. “Espero reducirlos porque creo que nos ayudarán con la situación del fentanilo”, dijo Trump.
Además, este lunes se comunicó que Estados Unidos y China habían logrado un principio de acuerdo para un tratado comercial. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, afirmó que el acuerdo eliminaría la amenaza de imponer aranceles del 100% a las importaciones chinas a partir del 1 de noviembre, e incluiría un acuerdo definitivo sobre la venta de TikTok en Estados Unidos.
Bessent indicó que China anunció que, como parte del pacto, aplazaría durante un año los controles a la exportación de minerales raros, utilizados en aviones de combate, smartphones y vehículos eléctricos. El control que ejerce China sobre el suministro de estos minerales críticos, vitales para industrias estadounidenses, ha sido una poderosa baza de negociación para Pekín.
China controla cerca del 70% de la extracción mundial de tierras raras y más del 90% de su capacidad de procesamiento, informa The Guardian. Este mes, Pekín incrementó las restricciones a la exportación de tierras raras y tecnologías relacionadas, alegando motivos de seguridad nacional, y después de que EEUU ampliara las restricciones a la exportación de tecnología avanzada de semiconductores a China.
En este sentido, Trump ha dicho que hablaron sobre la venta de chips de Nvidia a China, sin concretar un acuerdo.
También abordaron la guerra de Ucrania –Pekín es un gran aliado de Moscú–. Y Trump ha explicado que existía un compromiso entre Washington y Pekín para “trabajarán juntos” para poner fin a la guerra de Ucrania, teniendo en cuenta el importante ascendiente de China sobre Putin.
La reunión tiene lugar después de que Trump visitara Malasia, Japón y Corea del Sur en su gira por Asia, donde cerró una serie de acuerdos sobre tierras raras.

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