Río de Janeiro amaneció paralizada. Calles vacías, escuelas cerradas, accesos bloqueados. Desde Botafogo, el barrio del sur sobre la Bahía de Guanabara y con vista al morro Pan de Azúcar hasta el norte, se trata de una ciudad en shock.

El antropólogo y sociólogo cordobés Nicolás Cabrera afirma: “Ayer se paralizó todo: los accesos al aeropuerto, las clases, los comercios. Río quedó suspendida”, ilustra.

El saldo del operativo ejecutado por la policía militar en las favelas Complexo das Penhas y Alemão ascendía este martes a 119 personas muertas, entre civiles, presuntos narcotraficantes y al menos cuatro policías. “Una tragedia social por donde se la mire”, resume Cabrera.

El investigador, becario posdoctoral del Conicet e integrante del Idacor (UNC), es profesor en la Universidad Federa

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