La idea de que es suficiente con reducir el número de cucarachas en una casa para atajar el problema es un error de bulto. Aunque se logre disminuir su presencia visible, el peligro real para la salud no desaparece tan fácilmente. La auténtica amenaza reside en las partículas nocivas que estos insectos diseminan por el hogar, creando un riesgo que permanece latente en el ambiente y que afecta directamente a la calidad del aire que se respira.

De hecho, las investigaciones más recientes confirman que las cucarachas son la principal fuente de contaminación por alérgenos y endotoxinas bacterianas en las viviendas infestadas. Estos componentes, liberados de forma constante, quedan suspendidos en el aire y son inhalados por los habitantes de la casa, lo que puede desencadenar o agravar cua

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