El asesinato de Fernando Báez Sosa el 18 de enero de 2020 se inscribió en la historia criminal argentina como un caso de una brutalidad y resonancia social sin precedentes . Lo que comenzó como un viaje de vacaciones de verano en la costa atlántica terminó en una tragedia incomprensible: el joven de 18 años fue atacado a golpes a la salida de una discoteca por un grupo de rugbiers de su misma edad . El crimen no solo truncó la vida de Fernando, sino que expuso una profunda fractura social sobre la violencia juvenil y el clasismo. El ataque duró apenas 50 segundos , pero su impacto emocional y legal se extendió durante años, culminando con la condena de los agresores y dejando preguntas incómodas sobre el nivel de violencia presente en la sociedad más joven del país.

El caso conmoc

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