Bajo las luces del Estadio Único de La Plata, donde el verde del césped se fundía con el azul plateado del cielo nocturno a finales de 2005, Diego Armando Maradona tejía magia con la redonda en los pies. La Plata, la Ciudad de diagonales infinitas y pasiones futboleras arraigadas entre el rojo y el azul, fue testigo de sus épicas, anécdotas y recuerdos de aquellas tardes y/o noches que aún resuenan como ecos de un genio irrepetible.

Desde los enfrentamientos feroces contra Estudiantes, desafiando a un joven Pelusa, hasta las apariciones en el Bosque de Gimnasia, Maradona dejó huellas imborrables. Amistosos solidarios, goles que pintaban el arco de oro, y aquella última velada inolvidable, cuando compartió cancha con Lionel Messi en un abrazo generacional que hizo vibrar a miles. Colores v

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