Sin buscarlo ni imaginarlo, Doña Lety se convirtió en uno de los rostros más comentados de internet. Su carácter fuerte y su forma peculiar de expresarse conquistaron a millones en TikTok y Facebook, pero detrás de cada video, la realidad era mucho más oscura. La mujer que hizo reír a miles desde una casa humilde en Veracruz fue, según su propio testimonio, víctima de privación de la libertad.

La historia tomó un rumbo inesperado cuando el influencer que la grababa, Jaime Toral, pasó de ser un creador de contenido popular a un prófugo de la justicia. Hoy, la Fiscalía de Veracruz lo busca por delitos relacionados con trata de personas, mientras que Doña Lety intenta recuperar su vida después de haber escapado de su presunto captor.

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