Los parecidos razonables han existido siempre. Tendemos a buscar rasgos similares entre personas de la misma familia , pero también entre humanos que no tienen ningún lazo sanguíneo, y es cierto que algunos tienen un parecido asombroso. Pero no nos conformamos con eso, sino que también buscamos similitudes entre un perro o un gato y su dueño (algo conocido como antropomorfismo); no sólo de carácter, que es cierto que podría haber algún signo de imitación, sino también físicas, cosa que ningún argumento científico puede avalar.

Parecidos en objetos

Yendo un poco más allá, a veces somos capaces de encontrar parecidos en objetos o rostros humanos que nos resultan familiares en rocas, árboles, nubes o cualquier superficie, algo que se conoce como pareidolia. Y muy rel

See Full Page