Madrid

La citación de Sánchez en el Senado era el gran As en la manga del PP, con el que la oposición pretendía dar la puntilla políticamente hablando al presidente. Génova llevaba meses reservándose este cartucho para que la comparecencia se produjese en el momento oportuno. Los de Feijóo habían generado grandes expectativas anunciando un auténtico infierno parlamentario para Sánchez.

Pero la sensación que queda tras más de cinco horas de comparecencia es que nada cambia, ni en el plano político ni en el judicial. No hay ninguna revelación o tropiezo que haga pensar que lo sucedido este jueves supone un punto de inflexión. Ha sido muy evidente la desesperación de la derecha que cuando no lograba que Sánchez diese las respuestas que ellos pretendían ni siquiera dejaban responder.

Así qu

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