YouTube nació en 2005 y, desde entonces, se ha convertido en el archivo audiovisual más grande de la historia reciente. Durante años, millones de usuarios subimos vídeos en 240p o 480p porque era lo que permitían las cámaras, las conexiones y los dispositivos del momento. Ese material no pierde valor por tener baja resolución: hay piezas extraordinarias que siguen siendo referencia. Pero hoy las pantallas son mejores, el sonido importa más y esa diferencia se nota. Así que ahora llega un intento de actualizar esa experiencia sin borrar el pasado.

Un océano de vídeos. El catálogo de YouTube no es grande: es descomunal. Las cifras publicadas por electroiq sitúan el total en torno a 4.300 millones de vídeos en 2025, tras una etapa en la que el formato Shorts empujó las subidas hasta niv

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