“Podría ser un desastre”, dijo Vance tras una mesa redonda en la Casa Blanca sobre el impacto del cierre en el transporte aéreo. “A ese punto, muchos empleados habrán perdido tres o cuatro cheques de pago. ¿Cuántos dejarán de presentarse a trabajar? Si la mitad de los agentes de la TSA no se presentan, las filas no serán de una hora, sino de cuatro”.

El vicepresidente alertó que la falta de pago a controladores, pilotos y personal de seguridad podría provocar retrasos masivos y comprometer la seguridad aérea. “Queremos que la industria funcione, pero no lo hará a menos que los demócratas reabran el gobierno”, afirmó.

Vance habló acompañado por el secretario de Transporte Sean Duffy, el director ejecutivo de Airlines for America, Chris Sununu, y el presidente de los Teamsters, Sean O’Brie

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