Uno de los fenómenos visuales más llamativos de octubre es la paleta cromática de Halloween: negro, naranja y —cada vez más— morado, que de forma sutil se cuelan entre maquillaje y prendas con la llegada de esta fecha.

Estas tonalidades han trascendido la mera decoración para colarse en las pasarelas, en la cosmética y en la moda urbana, generando una estética reconocible al instante. El desafío para las firmas es darles vuelta a esas tonalidades y proponer reinterpretaciones frescas sin traicionar su carga simbólica.

La alquimia cromática de Halloween: raíces ancestrales.

La explicación tradicionalmente aceptada para el uso del negro y el naranja proviene del antiguo festival celta de Samhain, antecedente de Halloween. Esa celebración marcaba el fin de la cosecha y el arranque de la es

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