La historia de la hermana Rocío Zapata Chigne en el penal de Trujillo comenzó de una manera cuando se decidió enseñar educación . "En el 2006 el recinto penal de Trujillo estaba buscando a persona para que se hiciera cargo del servicio de educación nivel secundario, porque en ese entonces no había. Yo me ofrecí y así fue como comenzó mi trabajo con los jóvenes allí", contó a La República.

En sus primeros días, se enfrentó a la falta de recursos y al abandono , pero con el tiempo, la hermana logró implementar un convenio con el Consorcio de Colegios Católicos para brindar educación secundaria a los internos.

Orquesta integrada por reclusos

La vida dentro de los penales, como la Hermana Rocío bien sabe, no solo se trata de enseñar lecciones académicas, sino también de brindar esperanz

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