El encuentro de ayer entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping , en Corea del Sur cerró con un gesto que, al menos por ahora, aleja la amenaza de una nueva escalada en la guerra comercial que ambos países vienen librando desde comienzos de año y que tenía al mundo en vilo.

Tras una reunión de casi dos horas en Busan, los líderes de Estados Unidos y China, las dos mayores economías del planeta que representan más del 40 por ciento del Producto Bruto Mundial y un tercio del comercio internacional, acordaron en términos generales reducir al 10 por ciento los aranceles impuestos por Washington con el compromiso de que Pekín frene la producción de fentanilo.

Trump no tardó en clamar victoria. En el vuelo de regreso a su país dijo que la reunión había sido “un 12 sobre 10” y celebró que

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