María Pedreda
31 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.
Si hay una región de nuestro genoma que permanece casi virgen e inexplorada, esta es la de los centrómeros. Situados en el corazón de nuestros cromosomas , ahí hay que entrar a machete: bastos matorrales de material genético repetitivo se abren paso a lo largo de grandes extensiones, de hasta 17 millones de nucleótidos, lo que ha dificultado durante décadas el acceso de los exploradores científicos a las exóticas entrañas de esas junglas genómicas que encierran un mundo todavía poco conocido.
A pesar de los numerosos esfuerzos por desvelarnos sus curiosidades más profundas, solamente una expedición reciente consiguió catalogar en gran parte su composición, y dar a conocer al mundo entero alguna de sus singularidades. Este trabajo

 La Voz de Galicia
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