“ La historia nos enseña que las guerras comienzan cuando los gobiernos creen que el precio de la agresión es bajo ”, argumentó el presidente Ronald Reagan en 1984. Supervisó un enorme aumento del presupuesto de defensa estadounidense que la Unión Soviética solo pudo contrarrestar devastando su economía. Para finales de la década, el «imperio del mal» se estaba desmoronando.

Hoy Europa se enfrenta a una amenaza externa similar: una Rusia agresiva decidida a destruir Ucrania y quebrar la unidad de la OTAN. Para detenerla, Ucrania necesita recibir los recursos económicos y materiales suficientes para defenderse, mantener su economía a flote e infligir un alto coste a Rusia. Quienes apoyan a Ucrania también deben demostrar de forma creíble que respaldarán al país el tiempo que sea nece

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