Poco después del incendio que arrasó más de 700 hectáreas en el cerro Catedral en enero de 1996, las morillas -unos hongos silvestres conocidos también como colmenillas- comenzaron a aflorar entre la ceniza y los árboles consumidos por el fuego. El mismo escenario se repite en la zona de Mallín Ahogado, a 15 kilómetros de El Bolsón, a solo ocho meses del incendio que destruyó 3.835 hectáreas de bosques. Allí el suelo está cubierto de morillas, tal como se espera en esta época aunque, en esta oportunidad, la cantidad es mayor.

A diferencia del resto de los hongos que aparecen en otoño, la temporada de morillas arranca a mediados de septiembre y se extiende a fines de octubre. «Estamos en la época, pero este año se pueden ver muchas más. Y es algo esperable. Siempre que se incendian los b

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