La secuencia exhibe una interacción que, si bien se enmarca en el estricto protocolo institucional, carece de la efusividad observada en otros saludos. Ambos líderes se limitan a un apretón de manos formal y conciso, sin extender el contacto visual o verbal más allá de lo indispensable.

Este gesto, de notable sobriedad, subraya la distancia política que existe entre la Nación y la provincia de La Pampa, dado el historial de diferencias públicas entre ambos mandatarios respecto a la coparticipación federal y la distribución de recursos.

El saludo, breve y riguroso, sirve como una postal de la coyuntura política: el diálogo se sostiene en la formalidad de la institución, aun cuando las disputas por el federalismo continúan marcando la agenda.

Ziliotto valoró la convocatoria, pero exigió c

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