Javier Milei lo había anticipado horas antes del categórico e inesperado triunfo en las elecciones del domingo pasado. Fue el viernes, ante la cúpula de JP Morgan. Nadie -ni siquiera el presidente- imaginaba que iba a derrotar al peronismo en su principal bastión, la provincia de Buenos Aires, y se alzaría con una victoria por más de 17 puntos ante el kirchnerismo duro. En un coqueto museo porteño, anticipó que se venía un Congreso “más reformista” y que la nueva etapa iba a estar signada por el consenso y el diálogo político, pero con objetivos concretos. Casi una semana después y con el resultado puesto, el jefe de Estado empezó a andar ese camino.

La reunión de Milei con 20 gobernadores de todas las extracciones partidarias envía un poderoso mensaje a la sociedad que lo votó, al “círcu

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