No es la primera vez que miramos al norte de Europa en busca de recetas para una vida más plena. Primero fue el hygge danés, aquel elogio de la comodidad casera, y luego el lagom sueco, que nos enseñó el valor de la moderación. Ahora, desde Noruega, llega una corriente que nos empuja a abrir la puerta y salir fuera sin importar el tiempo que haga: el friluftsliv , una filosofía de vida noruega que se traduce, literalmente, como «vida al aire libre».

Pero que nadie se lleve a engaño. Esta costumbre escandinava no tiene nada que ver con hazañas deportivas de alto nivel ni con equipamiento de última generación. Aquí no se trata de escalar montañas ni de correr maratones en la naturaleza, pues su esencia es mucho más sencilla y accesible. Consiste, simplemente, en integrar el exteri

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