Las escenas recientes en Río de Janeiro, con despliegues masivos, sobrevuelos y vehículos blindados, reabren una discusión de fondo: cuando las intervenciones de alto impacto ocupan el primer plano, lo que permanece en segundo es la ecuación social que hace posible la reproducción de la violencia. En ese trasfondo opera el Comando Vermelho, una organización que no emergió de la nada: nació en las prisiones en los años setenta como mecanismo de protección entre internos y devino, con el tiempo, en una red criminal descentralizada capaz de combinar economía ilegal y circuitos legales, control territorial y administración cotidiana de servicios en barrios donde el Estado llega tarde.
El dato estructural puede resultar incómodo, pues mientras las cárceles funcionen como nodos de reclutamiento

La Crónica de Hoy

Raw Story
Essentiallysports College Sports
New York Post
CNN
KPTV Fox 12 Oregon
NBA