La noche de Halloween ya no es solo una cita importada: es, para Málaga, una fecha más del calendario festivo . Las calles se llenan de telarañas artificiales y luces moradas, los escaparates se disfrazan con calaveras y murciélagos, y en los barrios, los niños recorren las puertas con el clásico “ ¿truco o trato? ” como si se tratara de una tradición de toda la vida. Lo que hace años parecía una curiosidad extranjera hoy es un ritual malagueño más, una excusa para salir, reírse y asustarse un poco antes de que llegue noviembre.

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