En la era digital, el correo electrónico se ha convertido en el eje central de nuestra identidad online. Desde la recuperación de contraseñas hasta la verificación de cuentas bancarias o billeteras virtuales, casi toda nuestra vida digital depende del acceso seguro a esa bandeja de entrada. Por eso, cuando un hacker logra entrar en el mail, no solo invade la privacidad: obtiene la llave maestra de todo nuestro ecosistema digital.

Un atacante con acceso al correo puede restablecer contraseñas, suplantar la identidad, acceder a fondos digitales o incluso manipular conversaciones laborales. Detectar a tiempo un ingreso no autorizado puede marcar la diferencia entre un susto y un daño irreversible.

Cómo saber si hackearon tu correo: señales inequívocas

Algunas alertas son evidentes, pero ot

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