En los últimos años, las góndolas de supermercados y farmacias se llenaron de productos con «altos en proteínas»: yogures, leches, barritas, panes y hasta snacks que prometen mejorar la salud y el rendimiento, aumentar la masa muscular o bajar de peso. Esta tendencia responde a una percepción social de que las personas necesitan más proteínas de las que realmente consumen. Pero, ¿esto es realmente así?
«En la mayoría de los casos, esta preocupación está sobredimensionada y alimentada por estrategias de marketing de la industria alimentaria y farmacéutica. El negocio se sostiene en reforzar la idea de que las proteínas son la clave para un cuerpo «saludable» o «hegemónico», instalando en la población mensajes que no siempre se ajustan a la evidencia científica», aseguró la licenciada en Nu

Ayacucho Al Dia

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