Ciudad de México.- El marido le dijo a su esposa: "Debo hacerte una confesión: estoy viendo a un siquiatra". Respondió la mujer: "Eso no es nada. Yo estoy viendo a un ingeniero, un abogado, un maestro, un músico, un mecánico y un contador". Tunancio era hombre de costumbres poco edificantes, a diferencia de su hermano Querubino, de vida honesta y hábitos morigerados. Una noche el tal Tunancio le dijo a su decente hermano: "Te invito a ir a 'La mansión de Venus', el mejor congal de la ciudad. Ahí hay buen vino y mujeres de eróticas destrezas. Yo corro con los gastos". "No -declinó la invitación el otro-. Mi esposa no merece que le haga eso". Acotó Tunancio: "A tu esposa no le vas a hacer nada". Este amigo mío, dueño del invaluable tesoro de la fe, dice que en el Cielo nos encontraremos co

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