Según los últimos datos de asociaciones empresariales y mutuas laborales, el se sitúa en niveles récord: más del 7% de los trabajadores faltan cada día , lo que equivale a más de un millón de personas ausentes de forma simultánea. Si se suman los días perdidos, el resultado es demoledor: el país pierde el equivalente a más de 1,2 millones de empleos anuales en horas no trabajadas.

El coste directo para las empresas supera los 25.000 millones de euros al año , sin contar el daño colateral sobre la productividad, los retrasos, las horas extras o las sustituciones. En un país donde la competitividad ya sufre por las rigideces laborales, la inflación persistente y una presión fiscal creciente, esta sangría se convierte en un factor de empobrecimiento nacional.

Nadie niega que un trabaja

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