Cuando el verano se aleja y muchos jardines comienzan a perder su esplendor, surge una flor que desafía la estación: el crisantemo. Esta planta ornamental, del género Chrysanthemum, se convierte en protagonista justamente cuando otras especies bajan el ritmo. Su latente floración otoñal y su abundante variedad de colores la hacen ideal para mantener un espacio lleno de vida cuando los días se acortan.

Originario de China y Japón, el crisantemo lleva siglos cultivado por su belleza y simbolismo. En su cultura ancestral, esta planta representa la longevidad y la nobleza; en Occidente, por otro lado, adquirió connotaciones de memoria y respeto, en parte por su uso en fechas de homenaje.

A continuación, exploramos qué hace tan especial al crisantemo, cómo cuidarlo para que despliegue t

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