Uribe se ha pasado su extensa vida pública mintiendo con cinismo, calumniando, tergiversando y sobre todo engañando

Es lo que tiene llevar tanto escribiendo columnas de opinión: revisarlas cuando ha pasado el tiempo es una manera de constatar nuestra miopía (si nos hemos equivocado) o de lamentar la clarividencia (porque la mayor parte de los aciertos son negativos, y habríamos preferido no tenerlos). En estos últimos días, después de la absolución en segunda instancia del expresidente Álvaro Uribe , me he dado cuenta de que llevo 18 años preocupándome en mis artículos por los desmanes y los excesos del político colombiano más popular de las últimas décadas. Hace 15 años menos tres días, cuando el país empezaba el lento tránsito a un gobierno sin Uribe, escribí que Uribe se iba del pode

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