Por María Laura García

Esta semana ha sido una confirmación poderosa de una verdad que he aprendido a sangre y fuego: la única tarea que vale la pena es el trabajo diario del autocontrol.

A pesar de los inconvenientes y los desafíos que se me presentaron, logré terminar la semana con una profunda satisfacción y, lo más importante, en armonía. Y este logro no fue casualidad. Fue el resultado de una actitud consciente de serenidad, autocontrol y pensamiento positivo.

De hecho, hubo cosas que tuve que posponer, entendiendo que este momento no eran posibles, porque mi salud mental no me permitía seguir nadando contra la corriente. Y si no puedes controlar a otros para que te sigan el paso, solo te queda una opción: o cambias a esos otros, o recalculas tu camino. La resistencia ocasiona enfe

See Full Page