El doctor Edgar Aranda Huincho nunca imaginó que la sal negra que se usaba en su pueblo de Huancavelica para secar carne al sol y hacer charqui le devolvería, en parte, la vida a su hermano. Fue la noche del 5 de julio de 2014, horas después del accidente que mató a Ramón, cuando el médico y docente de anatomía de la Universidad Nacional del Centro del Perú (UNCP) decidió aplicarle una fórmula que había preparado en secreto durante años.

Le sustituyó la sangre por un líquido del que solo ha querido revelar un ingrediente, la sal negra en piedra, la misma que convierte la carne en charqui. Los demás componentes los guarda como un secreto de familia.

A los dos años del sepelio, la tumba fue abierta por primera vez y el hecho fue registrado por la cadena Telemundo. Nueve años después, Ara

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