Elena Rodríguez Pérez tiene un huerto en el pueblo burgalés de Villanueva Matamala . «Este año ha sido especialmente difícil. Ha llovido muchísimo y de forma muy continua, y luego, cuando llegó el calor, lo hizo de forma brusca, que tampoco es bueno. Para colmo, tuve dos pedriscos que hicieron mucho daño, especialmente el del mes de junio. Caían como bolas de golf, nunca había visto algo igual», relata.

Como consecuencia del intenso granizo , la zona de invernadero –de unos 60 metros cuadrados– se ha roto. «Está lleno de agujeros, así que no queda otra que cambiarlo» , lamenta, a sabiendas de que más allá del coste económico, «que no es mucho», es el esfuerzo y trabajo que requiere. «Para quitarlo hay que excavar primero y luego hacer otra zanja para poner el nuevo», subraya a sabi

See Full Page